Un martes hice públicas mis primeras letras por este medio que de verde viste, y donde el transcurrir nacional se inmortaliza en el poderoso internet. Escribí sobre la realidad nacional y la cita predecible del presente y el pasado y cómo este encuentro nos sepulta en la inmovilidad de nuestras realidades.
No puedo negar que me detuve a pensarlo, siempre hay que meditar sobre ‘’la primera vez’’, aunque en el paso terminemos haciendo todo lo contrario a lo acordado. Acepté, y con un golpe de buena suerte envié mis primeras letras imperfectas al mundo de la inmortalidad.
Yo, que con las formalidades siempre he sido amable, olvidé bautizar a este espacio con su nombre propio y presentar a los lectores a su autor. Pero como las segundas oportunidades también son inicios, permítame presentarme.
Veinte y tres años en esta vida que a veces deja de serlo, estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, ciudadano. He aprendido que es mejor hablar de lo que se sabe, y que la corrección política es mejor combatirla con la verdad. Opino lo que creo, también lo escribo, aunque no soy escritor. Militante político por amor a mi Patria y un soñador incansable, porque los sueños, dan vida. Quería ser adulto para lograr mis propios sueños, y pienso que esa edad ha llegado.
Cada día cuento entre mis gracias la oportunidad de encontrarme con personas enérgicas, poderosas en virtudes y con una honestidad que continúa recordándome que nada se ha terminado, y que nuestra fe, sobre todo en nosotros mismos, es la que pone un punto con su contundente final o sobre las bases de nuestra tenacidad construye futuro y esperanza.
También me he encontrado con otras personas que pretenden infravalorarme como profesional y como ser humano, pero mi persistencia es testaruda e inteligentemente enciende una palabra en letras grandes y azules, el color favorito de Dios, que dice continuar. Cuando las cosas no van en mi camino, recuerdo las escrituras del libro de Gálatas, capitulo seis, versículo nueve, que reza: ‘’ No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su debido tiempo segaremos, sino desmayamos’’.
Este espacio, estas letras, mías y suyas, he pretendido yo que sean sobre la realidad en estos tiempos difíciles en los cuales vivimos, donde la mentira y la verdad se debaten en su guerra con sus jefaturas en el poder. Pero, sobre todo, he pretendido que mis letras se parezcan a mí, a las de un ser humano imperfecto, así, tal como usted.