Todos necesitamos que nuestro alrededor cambie, que las personas cambien, que la situación mejore, que el mundo sea distinto a como es. Y me pregunto por un momento, ¿Qué pasaría si decidiéramos cambiar nosotros?
La zona más cómoda en que muchos seres humanos dormidos nos encontramos es en aquella de dejar la responsabilidad de nuestro propio ser en manos ajenas, aferrados a esa larga espera de que algo suceda.
Queremos una mejor sociedad, mejores gobiernos, mejores personas, pero somos verdaderamente incapaces de ser tan valientes como para entender que el cambio real está en nosotros mismos, querer cambiar el mundo es un esfuerzo inútil y desgastador. Cuando empezamos a asumir ese cambio que queremos ver, entendemos que no hay nada que yo pueda controlar a parte de mi mismo.
El compromiso consiste en hacernos responsables de nuestro pequeño espacio. A la medida en que ese cambio se va generando en nosotros, nuestro entorno automáticamente cambia. Cambia nuestra perspectiva ante las realidades vistas y, seremos fuente de energía y expansión hacia esa intención. Aprenderemos a actuar alineados a nuestra consciencia.
La consciencia colectiva se logra con trabajo de consciencia individual. Pero, ¿Qué es la consciencia? La consciencia, no se trata de hacer juicios entre bueno y malo, es la esencia que vive en ti y que puedes reconocer cuando te permites viajar a tu centro, en tu casa interior se encuentra todo lo que eres, una extensión de divinidad. Dejemos de vivir en la ignorancia. Ignorancia no tiene nada que ver con la falta de inteligencia sino con la falta de autoconocimiento.
Porque sobrados ejemplos podemos apreciar de personas intelectuales que actúan con suficiente ignorancia. Conócete a ti mismo y podrás transformar al mundo. Serás capaz de crear impacto real y positivo dentro de esta sociedad.
Estar conscientes supera a tu mente. Es vivir en observación constante de ti mismo y permitirte estar en el instante presente. Cuando lo intentas percibes que solo puedes hacerte cargo de ti y de lo que haces, comienzas a aceptar a quien está enfrente porque sabes reconocer que cada quien esta lidiando su proceso, no es tu consciencia es la consciencia del otro. Buscar cambiar lo que está fuera de mi me impide mantenerme en mi centro e inválido el intento de búsqueda de otras personas de su propia consciencia.
Un cambio efectivo en el mundo que vivimos solo empezará por nosotros mismo, de nada nos sirve la queja y el buscar culpables constantemente de aquello que estamos decidiendo vivir, ni tu jefe, ni tus padres, ni tu pareja o tu gobernante tienen que cambiar para que tu vida resulte más placentera, ese trabajo es únicamente nuestro. Partiendo de ahí podremos aportar energías positivas y de cambio a la sociedad y a este pequeño mundo, contigo generando cambios y esparciendo lo que se está dando en ti, resultará imposible no influenciar a otras personas.
¿Se puede lograr? Sí, tomando la responsabilidad de nuestro propio espacio humano en nuestras manos, de lo que somos, en lo que queremos convertirnos y en lo que queremos aportar.